TRASTORNO POST TRAUMATICO
(PTSD)
Diario Uno. Sección Salud. Mendoza, sábado
24 de febrero 2001.
Periodistas: Carolina Baroff - Florencia Manganelli,
¿Y DESPUES DE LA GUERRA, QUE?
La Escuela de Medicina Nuclear y la Fundación de
Docencia e Investigación Psicofarmacológica
de Buenos Aires investigan en forma conjunta el trastorno
por estrés post-traumático, según
la experiencia de 16 ex combatientes de Malvinas que colaboraron
en el proyecto.
El presidente de la Fundación, Prof. Dr. Julio
Moizeszowicz, vino a Mendoza y brindó una conferencia
para explicar la propuesta: “El estrés post-traumático
surge por un acontecimiento traumático que ha sufrido
el paciente y que ha quedado presente en su vida. Se caracteriza
por trastornos de la memoria, ansiedad, angustia y flash-backs”,
comenzó el doctor.
FLASH-BACKS Y METABOLISMO
Estos flash-backs son situaciones del pasado que se mantienen
en la mente del sujeto, ya sea cuando duerme o durante
el día. En este caso, el estudio se vale de la
experiencia de los ex combatientes de Malvinas que han
estado en campo de batalla y que sufren este síndrome.
Los especialistas intentan comprobar si estas secuelas,
alteran el metabolismo del cerebro. Para eso, la Escuela
de Medicina Nuclear cuenta con tecnología de primer
nivel, con la que se puede medir -a través de la
tomografía por emisión de positrones- los
daños causados por la situación traumática
del paciente.
“El único lugar de Sudamérica donde
se puede realizar este análisis exhaustivo es aquí,
en esta escuela, ya que tiene la infraestructura y el
capital humano técnico acordes para seguir adelante
con los estudios”, comentó el psiquiatra.
Por su parte, la coordinadora del proyecto en Mendoza,
Dra. Roxana Galeno, destacó que el trabajo consta
de dos fases. “La etapa clínica se realiza
en Buenos Aires, junto con algunos tests neurocognitivos.
Y en nuestra provincia se hace la tomografía por
emisión de positrones, la resonancia magnética
nuclear y el test que mide la atención, concentración,
memoria y coeficiente intelectual del enfermo”.
En cuanto al motivo de la elección de este tipo
de pacientes, el Dr. Julio Moizeszowicz expresó:
“Un episodio agudo como es la guerra sirve para
analizar a sus afectados en tanto paradigma para descifrar
sus traumas crónicos”.
Aunque la zona dañada del cerebro es difícil
de ser recuperada, el especialista afirmó que “lo
que queremos demostrar es que se puede tratar en forma
farmacológica y psicoterapéutica, brindando
los fármacos adecuados a este tipo de casos”.
“Se intenta conocer cuáles son las alteraciones
del cerebro que se producen ante determinadas situaciones”,
agregó la doctora Galeno.
Huellas de maltrato psíquico.
A diferencia del microestrés de la vida cotidiana,
que también produce alteraciones a nivel cerebral,
el estrés post-traumático “sería
un caso de estrés agudo que en un momento determinado
enfrenta la persona en una situación de riesgo”,
detalló Galeno.
Moizeszowicz dio ejemplos de esta patología en
otras personas, además de los combatientes. Es
el caso de los menores de edad que son maltratados física,
psíquica y sexualmente: “Existe un alto porcentaje
de posibilidades de que los pequeños desarrollen
este tipo de alteraciones. A través de esta investigación
científica, que hoy realizamos se podrá
comprobar su existencia”.
“Hay pacientes que después de un terremoto
se asustan mucho pero no les pasa nada -prosiguió
el profesional-. Y hay otros que quedan siempre con la
imagen de que les va a volver a suceder, no pueden retornar
a sus cosas por miedo a que se reitere el episodio, comienzan
con fobias o depresiones”.
Este último caso es investigado por científicos
que aseguran trabajar “a pulmón”, ya
que aunque las fundaciones participantes dependen de los
gobiernos de Mendoza y Buenos Aires, “el dinero
para viajar o el traslado de los pacientes (que son porteños)
los aportamos nosotros; no hay un subsidio especial para
este trabajo científico”.
“Amamos la profesión y destacamos la labor
en conjunto, valoramos el trabajo interdisciplinario y
el esfuerzo y calidad humanos que tiene esta institución,
como también muchas otras que están en nuestro
país”, concluyó el presidente de la
Fundación Psicofarmacológica bonaerense,
Julio Moizeszowicz, en referencia a la Escuela de Medicina
Nuclear.
Los científicos coincidieron en afirmar que esta
investigación “es un aporte a la ciencia
y no un beneficio personal, ya sea para el paciente en
particular o para nuestra promoción”.
Por último, y para sintetizar, esta investigación
científica quiere descubrir qué pasa dentro
del cerebro de las personas. Y los profesionales que participan
en este proyecto de la ciencia son ambiciosos, siempre
y cuando se trate de alcanzar una mejor calidad de vida
para el ser humano.
|